Un pararrayos es un instrumento cuyo objetivo es atraer un rayo ionizando
el aire para excitar, llamar y conducir la descarga hacia tierra, de
tal modo que no cause daños a las personas o construcciones. Fue
inventado en 1753 por Benjamín Franklin
El rayo es un fenómeno meteorológico que genera severos efectos
térmicos, eléctricos y mecánicos, en función de su energía durante la
descarga. Se conocen rayos con trayectoria ascendente y descendente, que
varían de valor en función de la actividad tormentosa y su situación
geográfica. Los valores de corriente que pueden aparecer en un solo rayo
oscilan entre 5.000 y 350.000 amperios, con una media de 50.000 amperios. Las temporadas de tormentas son cada vez más amplias durante el año y aparecen incluso en invierno; su distribución geográfica es muy variable, y puede haber variaciones importantes en los mapas ceráunicos de la actividad de tormentas y la densidad de rayos.
La elevada intensidad de un rayo puede provocar paro cardíaco o respiratorio por electrocución
de un ser vivo, debido al paso de la corriente de descarga. El impacto
directo de un rayo provoca daños en las estructuras (edificios, antenas
telecomunicaciones, industrias, etc.). El impacto de un rayo disipa
calor por el efecto Joule y, por tanto, puede llegar a provocar incendios.
El cambio climático es uno de los mayores causantes del aumento de la actividad de tormentas
y del aumento de la densidad de rayos, y por defecto de la aparición de
tantos accidentes en instalaciones protegidas con pararrayos en punta.7
El aumento de la actividad solar incrementa la actividad eléctrica de la atmósfera, y genera inesperadas tormentas electromagnéticas y termodinámicas
que no aparecen en los modelos climáticos ni en las previsiones. Esta
actividad eléctrica es, entre otros fenómenos meteorológicos conocidos,
otro detonante del aumento de la actividad de rayos nube-tierra o
tierra-nube. Según la NASA, las tormentas solares tendrán su máximo previsto para el año 2012.
El Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial 2010 (OMM 2010), Michel Jarraud, instó a la comunidad internacional a actuar con urgencia para poner fin al cambio climático.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), varios organismos nacionales e internacionales han formulado directrices que establecen límites para la exposición a campos electromagnéticos (CEM)
en el trabajo y en los lugares de residencia. En este sentido, estas
directrices afectan directamente a las instalaciones de pararrayos, ya
que ponen en peligro la continuidad de la industria y la salud de las
personas en el trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario